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Lluisa Santacana

Cómo utilizar agua de mar en diferentes patologías

Tratamiento de patologías intenstinals (crohn, colitis, …), osteoporosis y oncología. Utilización de agua de mar en dietas y licuados.

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Entrevista

Desde la antigüedad, la Medicina Tradicional China, los Egipcios, la antigua Mesopotamia hasta llegar a nuestra cultura grecorromana, ya conocían algunas de las propiedades medicinales de algunos productos de origen marino, así como las propiedades purgativas y curativas el agua de mar. Los romanos extraían su sal para utilizarla como moneda de cambio o «salario» por su gran valor que se le daba. Sin ella, la conservación o las particularidades culinarias y organolépticas que daba a muchos alimentos no hubiera podido ser posible. Perdurando así a lo largo de toda la Edad Media, pero no fue hasta finales del siglo XIX cuando se empieza a estudiar el uso del agua de mar como elemento nutritivo.

El agua ha sido y es necesaria, sin el agua es imposible la vida. La mayor parte del agua de nuestro entorno es agua salada y, por tanto, «poco útil para el consumo humano»

Nuestro planeta, el 70% de la superficie terrestre es agua y, de este, el 97,5% es agua de mar. Las aguas superficiales que recorren la corteza terrestre, las almacenadas en el suelo y subsuelo y aproximadamente un dos por ciento de los dos polos, son cifras muy escasas en comparación en el agua contenida en mares y océanos.

Con un porcentaje muy similar, nuestro cuerpo contiene, aproximadamente, entre un 65-70% de agua. Esta agua está repartida de la siguiente manera:

La mayor parte, se encuentra en el medio interno o intracelular. Contiene grandes cantidades de iones: potasio, magnesio, fosfatos, etc.

Una tercera parte del líquido se encuentra fuera de las células, contiene sodio, cloro, bicarbonato y nutrientes para las células, como oxígeno, glucosa, ácidos grasos y aminoácidos.

Podemos comparar pues, y como ya lo hizo René Quinton (1868-1925) con varios trabajos, que el plasma marino posee una composición casi idéntica a la del líquido extracelular, donde en este medio de cultivo viven, se reproducen y regeneran billones de células de la que su pureza, transparencia y limpieza depende nuestra salud. Su ingesta conlleva en su totalidad la aportación de todos los oligoelementos con unas proporciones adecuadas y que el organismo necesita. No debemos olvidar que un litro de agua marina contiene una media de 33 g de sal y nuestro suero sanguíneo contiene 9 g.

Por lo tanto, su ingesta dependerá de la situación personal en cuanto a la proporción para restaurar y equilibrar el terreno orgánico necesario para restablecer la salud.

Utilizándola en platos calientes con pescados, arroces, pastas, legumbres y en platos fríos sea en gazpachos, licuados y batidos, donde realzará y potenciará el sabor original del alimento. De esta manera ayudaremos al organismo a restablecer el equilibrio ácido – base en situaciones de patologías diversas como: diarreas, quimioterapia, cansancio, osteoporosis, estrés o, simplemente, en situaciones fisiológicas con sudoraciones intensas como en el deporte, trabajos físicos o con curas depurativas personales entre otros.

Curriculum vitae

Enfermera, nutricionista y especialista en fitoterapia clínica